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Cúpula / Estrategia de seguridad o el “cantonazo”.

Columna publicada el lunes 9 de junio en Diario Cambio de Puebla

“El poder no consiste en golpear siempre 

o con frecuencia, 

sino en golpear oportunamente”.

Honorato de Balzac

BREVE DESCRIPCIÓN DEL “CANTONAZO”.

Vamos a detallar la mecánica que se debe seguir cuando se busca desarticular una célula criminal.

Días antes se revisa la información delictiva que obra en archivos.

Toda dependencia, ya sea estatal o municipal, tiene registro de las detenciones o ingresos de hampones recurrentes.

Incluso existe un “Atlas Delincuencial” donde están nombres, fotografías, direcciones de narcomenudistas, asaltantes, huachigaseros y bandas a las que pertenecen.

Se buscan los datos de determinado hampón.

La información de inteligencia -generalmente filtraciones que entregan otros delincuentes-, señala que en su domicilio tiene fuertes cantidades de enervantes o una bodega con 50 llantas y otras autopartes robadas.

A través de la Fiscalía General del Estado (FGE) se solicita la formal orden de cateo.

En tiempos del llamado “Nuevo Sistema Penal Acusatorio” deben cuidarse todos los detalles jurídicos para que no se caiga la detención.

Ya con la orden de cateo se organiza el operativo policiaco.

En caso de un objetivo de alta peligrosidad se establece un cordón de seguridad de -por lo menos-, diez unidades alrededor de toda la manzana.

Una vez desplegado el cerco un grupo irrumpe en el domicilio.

Policías ministeriales, con el apoyo de estatales rompen chapas y candados, abren el zaguán y entra el operativo.

El delincuente es detenido dentro de su propia guarida y la mercancía es incautada.

Los celulares cobran una importancia medular porque ahí está toda la información de sus secuaces.

En el argot policiaco estos operativos se llaman “cantonazos”; una irrupción tan intempestiva como ruda en el domicilio o bodega de una banda delictiva.

Los policías saben que son despliegues de alto riesgo.

Al verse rodeado un criminal puede sacar un fusil AK-47 “cuerno de chivo” y disparar el cargador completo.

Así han caído muchos uniformados.

En días recientes la Fiscalía que encabeza la abogada Idamis Pastor Betancourt ya comenzó a ordenar cateos en diferentes municipios del estado.

Esa es la ruta.

En ese sentido debe seguir.

EL COSTO POLÍTICO DE LA INSEGURIDAD.

La ciencia política y la legislación establecen que un gobierno detenta el uso legal y legítimo de la fuerza.

La seguridad pública es la más alta responsabilidad de una administración.

Proteger la vida y propiedad de los habitantes es el eje toral de todo régimen.

Todos, absolutamente todos los demás temas pasan a un segundo o tercer plano.

No hay otra tarea que tenga mayor relevancia que la seguridad.

Las consecuencias de una fallida estrategia tendrán un enorme costo político.

E incluso histórico.

Los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se derrumbaron por la criminalidad desbordada.

Figuras como Fidel Herrera Beltrán de Veracruz, Jaime Rodríguez “El Bronco” de Nuevo León o Enrique Alfaro de Jalisco se convirtieron en impresentables por su incapacidad para controlar los niveles de violencia.

En sus estados son considerados peones del crimen organizado.

Hoy las omisiones en materia de seguridad tendrán un costo que ya no podrá ser ocultado o maquillado por los programas sociales.

La reacción social ante una estrategia fallida será mucho más acre.

LA POLÍTICA ES EL EJERCICIO DEL PODER. NO SOLO LA ADMINISTRACIÓN. 

Varios de los políticos actuales no entienden el significado del poder.

Solo son administradores.

Y vamos a citar nombres para no caer en eufemismos.

Figuras como Cuitláhuac García Jiménez o Rocío Nahle en Veracruz, Evelyn Salgado en Guerrero, Cuauhtémoc Blanco de Morelos e incluso Clara Brugada Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, no entienden qué es el poder.

Son administradores del erario; manejan enormes presupuestos; son encargados del aparato burocrático.

Pero no entienden el ejercicio del poder.

Ni saben cómo practicarlo.

Por eso en sus entidades no detentaron, ni mantienen el poder, que debe entenderse ante todo como el control territorial y del ejercicio público; ya sea del aparato oficial e incluso de los partidos políticos.

Pero repetimos, los políticos actuales -como los aquí mencionados-, no tienen esa noción.

Quienes realmente controlan sus territorios son capos del crimen organizado, mientras los otros solo son burócratas.

El poder actual es diferente al de décadas pasadas.

Hoy debe basarse en legitimidad y convencimiento.

Por eso la fuerza de López Obrador, quien llegó con legitimidad y mantuvo altos niveles de convencimiento.

Por eso los gobernadores aquí referidos nunca pudieron, ni podrán contener la violencia.

Los hechos ocurridos en horas recientes en la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP) reflejan una delincuencia retadora y desafiante.

Los oficiales de la Marina Armada son como un vehículo de maquinaria pesada “bulldozer”, con una enorme capacidad de demolición.

Pero todo depende de quién los conduzca, es decir quién dirija la estrategia de seguridad.

Para enfrentar al hampa se requiere un mando civil con experiencia, con oficio y amplio conocimiento de la problemática poblana.

Lo hemos apuntado claramente; la actual crisis de inseguridad en toda la zona metropolitana es producto de la pasividad del ex Secretario Daniel Iván Cruz Luna y la complicidad de los mandos de Eduardo Rivera Pérez comenzando por su “cerebro” en seguridad Enrique Guevara Montiel.

Ahora estamos viendo las consecuencias de años de pasividad y complicidad.

Corresponde al gobernador Armenta enderezar el barco semihundido que recibió.

Estaremos atentos.

cupula99@yahoo.com

 


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