Cúpula / Saneamiento del Atoyac con tecnología mexicana
Columna publicada el martes 3 de junio de 2025.
El saneamiento del río Atoyac se ha convertido en una bandera, un discurso recurrente en las campañas electorales y en atriles oficiales.
Sin embargo, hasta el momento poco o nada se ha hecho para erradicar los contaminantes de un “infierno ambiental” de Puebla y Tlaxcala.
Los estudios académicos que se han realizado aseguran que los contaminantes son altamente tóxicos e incluso cancerígenos.
La población colindante con el río es la más susceptible.
En meses recientes se ha documentado que todos los químicos, metales pesados y microplásticos que circulan tardarán años en disolverse.
En 2017 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió una recomendación sobre la crítica situación.
Pero en nuestro país los exhortos de la CNDH -como este requerimiento ambiental-, son llamados a misa.
Son documentos que se usan para probar las trituradoras de papel.
En 2021 se dio a conocer una investigación académica titulada; “El río Atoyac y la lucha por revertir la contaminación”, realizada por el Doctor Rodolfo Omar Arellano Aguilar, coordinador de la Licenciatura en Ciencias de la Tierra de la UNAM.
El estudio apoyado por imágenes de satélite revela zonas de “riesgo alto” para la población que colinda con el afluente.
Sobre el caudal se vierten todo tipo de contaminantes; industriales y domésticos.
A lo largo de su curso varias colonias descargan drenajes en el Atoyac, aparte de las empresas que toman al cauce para verter desechos.
De acuerdo a las investigaciones académicas la pandemia agudizó la contaminación, por lo que la crisis ambiental es un fenómeno creciente.
La solución inmediata para el saneamiento sería una cadena de 20 o 30 sanciones e incluso clausuras a empresas que vierten sus desechos.
Pero esto traería consigo una crisis económica y social.
Son industrias que tendrían que cerrar dejando sin empleo a miles de personas.
Desde el punto de vista medioambiental la clausura de empresas contaminantes sería la solución instantánea.
Sin embargo, el costo social y económico sería devastador.
La única opción viable y realista es la construcción de una serie de plantas tratadoras diseñadas con tecnología mexicana para procesar los líquidos que las empresas desechan.
En el escenario que se pretende de colocar a Puebla como un polo tecnológico, un ‘Silicon Valley’ de América Latina, la solución pasa precisamente por la utilización de procesos tecnológicos accesibles a los gobiernos y empresas.
La presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a “rehabilitar las plantas de tratamiento y construir nuevas”.
Evidentemente reactivar las añejas instalaciones tendrá un costo doble.
Por eso serán necesarias nuevas plantas tratadoras desarrolladas por ingenieros de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Esta es la única solución viable y realista.
Usar tecnología mexicana para tratar las aguas residuales y desechos industriales, sin ahogar al erario con inversiones estratosféricas.
De la misma forma instalar drenajes para domicilios particulares que vierten sus descargas en el río.
Solo con la asesoría tecnológica de ingenieros mexicanos se podrá construir una red de plantas tratadoras que sean económicamente costeables para los gobiernos federal y estatales.
Así se podrá salvar al Atoyac de una crisis creciente.
cupula99@yahoo.com
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